Superficie terrestre

Hay diferentes formas de representar la superficie terrestre. En Europa, desde finales del siglo XVI, se usa mucho el mapa de la imagen, llamado “Proyección de Mercator”, con Europa en el centro del mundo. He indicado en el mapa los millones de kilómetros cuadrados que realmente tienen algunas zonas del planeta; los números reales no coinciden en proporción a como aparecen representadas estas zonas.
Como en el caso de América del Sur, que realmente tiene casi 18 millones de kilómetros cuadrados, y en el mapa es más pequeña que Groenlandia (que en realidad tiene poco más de 2 millones de kilómetros cuadrados). O el caso de África (30,8 millones de kilómetros cuadrados) que aparece representada casi del mismo tamaño que Europa (9,7 millones de kilómetros cuadrados).

Esta proyección le dá más importancia a ciertas zonas del mundo frente a otras, así que se mire por donde se mire es injusta e irreal.

Hay muchos tipos de mapas, como la proyección de Peters, cuyas dimensiones son mucho más cercanas a la realidad, pero que sea por lo que sea, es bastante difícil de encontrar en libros escolares o manuales.

Además hay más, como:

Proyección Sinusoidal: Los paralelos son rectas horizontales equidistantes, el meridiano central es una recta perpendicular a ellas y los restantes meridianos son curvas. En esta proyección sólo son verdaderas las distancias a lo largo de todas las latitudes y el meridiano central. Es una proyección equivalente (conserva las áreas).

Proyección de Mollweide: El ecuador tiene doble longitud que el meridiano central y está dividido en partes iguales que marcan los pasos de los meridianos, que quedan representados por elipses. Los paralelos se representan por rectas horizontales paralelas al ecuador y su separación queda determinada por la condición de que las áreas de las franjas entre paralelos sean semejantes en la superficie terrestre. Por ello esta proyección es equivalente, es decir, conserva las áreas.

Proyección de Goode: Es una proyección discontinua en la que la Tierra se representa en partes irregulares unidas; de esta forma se mantiene la sensación de esfera y se consigue una distorsión mínima de las zonas continentales, pero con huecos en las superficies oceánicas.